Capacidad simbólica de un tatuaje casero

Capacidad simbólica de un tatuaje casero

Para operar de facto la imposibilidad de medir la capacidad de los distintos tipos de tatuaje para servir de conector emocional entre los actores, propongo utilizar un término de capacidad simbólica. Este término, similar al de capital simbólico pero de un objeto no humano, ayudará a indicar el nivel de implicación emocional que puede proporcionar el objeto y permitirá hasta cierto punto comparar las prácticas de tatuaje. Para esta comparación puede que necesitemos recurrir a los ejemplos del tatuaje emparejado y el tatuaje casero. En primer lugar, el tatuaje emparejado proporciona los siguientes niveles de implicación simbólica de los participantes: el tatuaje es compartido entre los participantes, lo que crea un sentimiento de identidad compartida; los tatuajes son realizados en la mayoría de los casos por los participantes juntos, lo que puede verse como un procedimiento de iniciación simultánea pasajera. En el caso del tatuaje casero, los participantes pasan por un número ligeramente mayor de niveles de conexión: el proceso tiene que empezar con el establecimiento de una admisión de beneficio mutuo, que también puede describirse como confianza; la parte física del proceso se convierte en simbólica en términos de intimidad propia; el propio símbolo del tatuaje mantiene la conexión como recordatorio no sólo de primer orden (por ej.Por ejemplo, el corazón recuerda al amor), sino como uno de segundo orden que hace referencia al proceso de tatuaje que tuvo lugar en el pasado; el tatuaje casero también posee un poder de conformación de la identidad, el propio cambio de rol se convierte en una identidad desde el momento de la actuación (por ejemplo, refiriéndose como "el que me tatuó (a mí)" o "el que (yo) tatué"). Teniendo en cuenta este breve análisis, podría concluirse que, a nivel micro, los tatuajes caseros tienen mayor capacidad simbólica que los formales de salón.